Requiebros del sol de tus ojos,
entre el arbolado en la alameda de la vida,
la que llevamos atravesando varias primaveras
unidos por las manos del destino.
Andamos poco a poco este camino
sin una meta ni fin.
Resplandece tu presencia
en la oscuridad de la noche ciega,
apagas mi ansiedad y detienes mi impaciencia,
respondes sola a las preguntas que nos llegan.
Dejo en tí el aroma de mi esencia
y me dejo llevar como perro,
enamorado de la libertad incierta,
unida por correas que no aprietan,
pero... que dejan huella.
Me ahogo en tu ausencia,
certeza del vacio que en mí dejas,
lloro en tu tristeza.
Mis lágrimas serpentean buscando cueva,
abrigo de la tormenta,
cobijo de alegrías y tristezas.
Busco aviesos rincones en mi cabeza,
donde escondo mi insistencia
de soterrada soledad impuesta.
Quiero salir del alba
y navegar al horizonte de la mañana,
acompañado por el aroma de tu alma,
la suavidad de tu pelo,
la ternura de tu cuerpo,
el sabor de tu espíritu,
y por los requiebros ...
Me deslumbra...
el sol de tus ojos .
