Ni el viento sabe como me cuesta
tirar del hilo de esta cometa,
acariciar la huella
que en la tierra tu pie deja,
madurar el fruto
que engendre en tu árbol,
pleno de belleza,
ver el cielo en tus ojos
cubierto de nubes negras.
Tampoco el sol,
compañero y aliado de nuestras quimeras,
conoce del dolor ni la pena ,
que reprimo en soledad,
inmerso en la falsa creencia
de otro sol y otra tierra,
refugio de sueños que planeas ,
juntos,
en esencia,
esa luz de tus ojos,
cuyo resplandor ciega .
Respiro profundo
el inmenso amor de tu presencia,
anhelando el fulgor de tu mirada,
primaveral,
fresca,
mas el invierno ha llegado
con su blanca camisa,
teñida de negra,
repican campanas,
sonido que ahuyenta,
me hiela,
negrura en mis ojos ,
vete,
me aterras .
No quiero ser armario
que guarde el recuerdo,
quiero ser la hoguera
que queme y te caliente ,
con fuerza,
no deseo tirarme
al vertedero de las tristezas,
quiero verte,
sentirte,
siempre cerca,
agua salada en mis ojos,
no corres ... vuelas.
¡Qué bonito!
ResponderEliminar¡Qué bonito!
ResponderEliminar¡Qué bonito!
ResponderEliminar¡Qué bonito!
ResponderEliminar¡Hermosos y sentidos versos! Dejar de ser armario que guarde tristes recuerdos para convertirse en ventana abierta al amor, la ilusión y las esperanzas nuevas... Sencillamente... ¡Me encantó!
ResponderEliminarGracias Carmen
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